El mantenimiento de flotas es una actividad que no debe pasar desapercibida para la empresa de transporte. Supone una pieza fundamental de cara a garantizar la actividad de la empresa. Un correcto plan de mantenimiento es el mejor aliado del jefe de tráfico. A continuación, vemos cómo aplicar un correcto mantenimiento de flotas de transporte.
La importancia del plan de mantenimiento de flotas
Los vehículos que componen la flota son uno de los principales activos de la empresa. Suponen un importante desembolso económico, que se aplica no sólo de cara a su adquisición, sino también en cuanto a su mantenimiento.
Los datos del último Observatorio de Costes del Transporte estiman que los costes de mantenimiento para una flota pueden llegar hasta los 11.000€ anuales. Esta cantidad incluye visitas al taller, inspecciones y arreglo de desperfectos. Es indudable que parte de este importe es ineludible. Sin embargo, existe margen de ahorro, que puede conseguirse mediante un plan de mantenimiento de flotas ajustado a las necesidades de la empresa.
Tipos de mantenimiento de la flota de transporte
Existen diferentes niveles de mantenimiento de flotas. Unos son más inmediatos, mientras que otros se desarrollan a lo largo del tiempo. De la misma forma, unos requieren más vigilancia, pero garantizan un importante ahorro de costes. A continuación, vemos las dos grandes categorías de mantenimiento de flotas y las ventajas de cada uno.
Mantenimiento correctivo
Como su nombre indica, el mantenimiento de flotas correctivo consiste en reparar las averías según vayan surgiendo. Es un tipo de mantenimiento ineludible, ya que siempre será necesario arreglar los desperfectos de los vehículos. Sin embargo, este tipo de mantenimiento deja ciertas cuestiones al azar. En algunos casos, hasta supone sanciones, ya que el mal estado de los vehículos que conlleva un peligro para la circulación puede ser castigado por las autoridades.
No supone una vigilancia continuada del estado de la flota. Por tanto, la necesidad de reparaciones puede llegar a ser imprevisible. Además, no hay que olvidar que las averías de un vehículo, aunque tengan su origen en un único componente, pueden extenderse a otros puntos de su arquitectura. Por tanto, si bien el mantenimiento correctivo de la flota supone un menor esfuerzo en el largo plazo, también puede ser más cuantioso una vez es necesario.
Por último, no hay que olvidar que la necesidad de reparaciones imprevistas supondrá retirar el vehículo de la circulación, aunque sea temporalmente. Esto supone un coste indirecto derivado del mantenimiento correctivo que puede ser muy nocivo para la actividad de la empresa.
Mantenimiento preventivo
El mantenimiento predictivo supone corregir fallos futuros antes siquiera de que se produzcan en el origen. Para llevarlo a cabo, será necesario establecer unos criterios de seguimiento que tendrán por objetivo anticiparse a futuras incidencias.
Este tipo de mantenimiento requiere acciones de vigilancia periódicas y basadas en diferentes criterios. Estos pueden ser kilómetros recorridos, plazos temporales, exámenes visuales, recomendaciones de fabricantes de componentes, etc.
Supone un conocimiento férreo de la flota y de su estado. Por tanto, reduce la necesidad del mantenimiento correctivo al mínimo. Esto es así porque la mayor parte de desperfectos que pueden producir problemas mayores o incluso accidentes estarán controlados.
Además, tiende a ser una opción más económica, ya que siempre será más barato cambiar una pieza gastada que hacer frente a una avería provocada por esa misma pieza.
Por último, el tiempo de inactividad de los vehículos se reducirá en comparación con el mantenimiento correctivo. Asimismo, las interrupciones de actividad de los vehículos tenderán a estar controladas, con lo que serán menos nocivas para la optimización de rutas.
Coordinación del mantenimiento para optimizar costes
Un buen mantenimiento de flotas, que tiene en cuenta todas las posibilidades y reduce costes, supone un plan de acción que incluya ambas modalidades de mantenimiento aquí vistas. Así, será imposible realizar el mantenimiento de la flota sin llevar a cabo acciones de mantenimiento correctivo. Esto se debe a que los imprevistos no dejarán de ocurrir. Sin embargo, sí que pueden reducirse mediante acciones de mantenimiento preventivo.
Un buen plan de mantenimiento de flotas incluye:
- Verificaciones en plazos establecidos. Estos plazos pueden basarse en criterios de tiempo, de kilometraje, de combustible consumido, etc.
- Exámenes periódicos del estado de los vehículos.
- Consideración de las particularidades de cada vehículo, como el tipo de trayectos realizados o la antigüedad.
- Estilos de conducción de los chófer, y rango de mejora.
- Vigilancia de plazos dados, como inspecciones técnicas, revisiones del tacógrafo, etc.
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