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Cómo ser conductor profesional

El sector del transporte resulta esencial en la sociedad tal y como la conocemos. Ya sea para traslado de personas o de mercancías de todo tipo, supone un importante elemento vertebrador. Especialmente en Europa, una gran cantidad del transporte se realiza por carretera, por lo que el trabajo en este sector puede resultar atractivo. A continuación, vemos cómo ser conductor profesional, así como qué carnés y títulos serán necesarios para el transporte de mercancías y de viajeros.

Cómo ser conductor profesional: permisos de conducir

Requisito previo: permiso B de conducir

El carné de conducir B, que permite conducir turismos y furgonetas de hasta 3.500 kg, es un requisito previo indispensable para acceder a la profesión del transporte. Así, para obtener los permisos superiores, será necesario tener el permiso B en vigor.

También puede usarse como puerta de entrada al sector, ya que con el carné de conducir B es posible conducir furgonetas de reparto. Asimismo, el permiso de conducir “básico” también permite dedicarse a transporte de viajeros en taxis o vehículos alquilados con conductor.

Así, vemos que el permiso de conducir B permite ser conductor profesional sin realizar inversiones adicionales de tiempo y dinero. Sin embargo, los permisos superiores amplían la tipología de vehículos que pueden manejarse y, con ello, conllevan salarios mayores.

Permisos para ser conductor profesional de camiones

El permiso básico para ser conductor profesional de camión es el permiso C, habitualmente conocido como “carné de rígido”. Su versión más básica, el carné C1, permite conducir camiones de entre 3.500 y 7.500 kg, y tiene unos requisitos de obtención más livianos. El siguiente permiso, el carné C, autoriza a conducir vehículos de transporte de mercancías de hasta 40 toneladas, máximo reconocido por la normativa de transporte terrestre.

Relacionado: Edad mínima para sacarse los carnés profesionales

En caso de querer conducir vehículos articulados o trailers, el permiso necesario será el E. Requiere contar con el permiso C, y permite acoplar un remolque o un semirremolque a una cabeza tractora. El permiso C+E también capacita para conducir megacamiones, siempre y cuando la empresa solicite un permiso especial a la DGT.

Permisos para ser conductor profesional de autobuses

Al igual que ocurre con el transporte de mercancías, existen diferentes niveles de permiso para ser conductor profesional de autobús. Así, el permiso de conducir D1 autoriza a su titular para conducir vehículos de transporte de viajeros con capacidad de hasta 16 pasajeros además del conductor y con una longitud inferior a 8 metros. Por su parte, el permiso de conducir D permite conducir vehículos de a partir de 8 pasajeros además del conductor. Así, el permiso D incluye los vehículos que pueden conducirse con el permiso D1, y el máximo de pasajeros pasa a estar condicionado por la capacidad del vehículo y sus dimensiones reglamentarias.

También existe el carné de conducir D+E, para vehículos de transporte de viajeros con remolque acoplado, aunque estos suelen ser menos habituales.

Formación continua: CAP

El último requisito para dedicarse profesionalmente al transporte es obtener el Certificado de Aptitud Profesional. Este requisito es el más reciente de los aquí vistos, y es diferente para profesionales veteranos y quienes accedan a la profesión desde el año 2009.

  • Para quienes obtuvieron sus permisos de conducir antes del año 2008/2009, deberán realizar un curso de formación continua cada 5 años.
  • En caso de sacarse algún carné profesional después de 2009, deberán presentarse a un curso CAP inicial más extenso. Una vez superen el CAP inicial, deberán realizar el curso de formación continua cada 5 años, al igual que los profesionales más veteranos.

Tras la superación del curso correspondiente, el conductor obtendrá una tarjeta CAP. Esta es válida en toda la Unión Europea.

Permisos adicionales: ADR, grúa, ambulancias…

Existen otras titulaciones adicionales que complementan a los permisos de conducir aquí vistos. Suponen una especialización en determinados sectores. Entre estos permisos adicionales se encuentran los siguientes:

  • Para ser operador de grúa se pedirán diversos cursos y titulaciones en función del tipo de grúa que se trate.
  • El transporte de mercancías peligrosas requiere cursos adicionales, muy centrados en la seguridad debido a la naturaleza de las mercancías transportadas, y otros requisitos tales como pruebas de aptitud. Debido a lo amplio de la definición de “mercancía peligrosa”, existen diferentes cursos en función del transporte a realizar.
  • Para conducir ambulancias sólo es necesario el permiso B de conducción, pero habrá que cursar un grado medio de técnico de transporte y emergencias sanitarias.

Cómo ser transportista

También se da el caso de profesionales del sector que se plantean dar el paso y trabajar por cuenta propia. En este caso, además de los carnés aquí considerados, será necesario tener una certificación de la competencia profesional para el transporte. Esta será necesaria para autónomos del sector dedicados al transporte de mercancías públicas. En caso de tener empleados en nómina, la obligación de tener la competencia profesional puede delegarse a un trabajador dado de alta en el régimen general y con poderes generales de representación.

Para obtener el certificado de competencia profesional de transporte, el interesado deberá tener un nivel de estudios mínimo de bachiller y presentarse a un examen convocado por las Comunidades Autónomas.

Otros documentos: Tarjeta de tacógrafo

Siempre y cuando el vehículo vaya equipado con tacógrafo, los conductores profesionales deben tener una tarjeta de conductor a su nombre. Esta no requiere de ningún curso para su obtención. Simplemente habrá que solicitarla en la oficina de transportes de la provincia de residencia y pagar la tasa correspondiente. Al igual que el CAP, esta tarjeta caduca cada 5 años y debe ser renovada. La tarjeta de conductor es esencial para realizar el registro en los tacógrafos digitales. Asimismo, no tenerla, o no usarla correctamente para el registro de las actividades, puede suponer sanciones.

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